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elindomable

Despejar la mente

De pronto me apetece perderme. Pasear durante horas, en círculos si es necesario, y no encontrarme con nadie. Tan sólo gente a mi alrededor. Mil rostros diferentes que golpean mi cara, al igual que un intenso frío. Me gusta respirar profundamente y evadirme pensando en estupideces. Caminar hasta que sienta cómo se congela la parte inferior de la cara y tenga que hundir hasta el fondo de mi abrigo las manos. Necesito ir a dar una vuelta, despejar la mente y cansar tanto mis piernas como me sea posible. Dar una vuelta y respirar. Ésa es la clave muchos días.

2 comentarios

lifeonmars -

Describes muy bien esa sensación que tenemos todos, y/o que nos llega alguna vez (por lo menos a algunos), de querer estar -y sentirnos- solos en este mundo.
Para eso efectivamente no hay nada mejor que echarse a la calle y ser un anónimo más entre la multitud de tu ciudad, y vagar y vagar sin rumbo fijo. Con la mente extraviada, pero lúcida al mismo tiempo, y sintiéndote efectivamente vivo.
Yo también lo practico de vez en cuando.
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MAría -

Todos necesitamos perdernos para hallarnos. Es una máxima que se cumple en todos los casos que yo conozco.
Me gusta eso de las caras que golpean en uno. ¿Hace frío en Pamplona?
Muuaaaaaa!