¿Sus razones?
Aquel día se levantó totalmente derrotado. Había dormido más de ocho horas y se sentía más cansado que nunca. Tenía el cuello tenso. Una larga ducha de agua caliente le alivió. Aquel día todo era rutina: vestirse, desayunar o meterse el ipod al bolsillo para hacer más ameno el viaje en metro. Se preguntaba qué pasaba por la mente de los demás y no podía parar de cuestionarse las razones que tendrían todas aquellas "personitas" del vagón para haberse levantado esa mañana. Seguramente sería por rutina... aquella misma rutina que les había empujado a estudiar, a no estudiar, a echarse novia, a casarse, a tener hijos o a gastarse un dineral en un coche. Aquel gilipollas del fondo, el de la gorra doblada y bien calada, tenía toda la pinta de haberse empeñado hasta las cejas para pagar un coche y luego tunearlo. Aquel gilipollas viajaba en metro porque su casa quedaba muy lejos del centro y, una vez allí, tenía que pagar la zona verde. Cosas de vivir en el extrarradio.
Salió del metro y el sol le dió de lleno en la cara. No hacía demasiado calor gracias a un viento persistente que había enfriado el asfalto durante toda la noche. Sonaba en sus oídos "Slow Hands", de Interpol. Esa canción le alegraba. Mientras subía las escaleras se volvía a preguntar qué razones le habían llevado a levantarse ese día. De pronto, las escaleras se acabaron y se encontró en Gran Vía: el auténtico bullicio de la ciudad en su pleno apogeo. Giró y bajó en dirección a Callao. ¿Cuáles eran sus razones? Ya está. Ya lo sabía. No era la sólo la radio; era por ella.
Salió del metro y el sol le dió de lleno en la cara. No hacía demasiado calor gracias a un viento persistente que había enfriado el asfalto durante toda la noche. Sonaba en sus oídos "Slow Hands", de Interpol. Esa canción le alegraba. Mientras subía las escaleras se volvía a preguntar qué razones le habían llevado a levantarse ese día. De pronto, las escaleras se acabaron y se encontró en Gran Vía: el auténtico bullicio de la ciudad en su pleno apogeo. Giró y bajó en dirección a Callao. ¿Cuáles eran sus razones? Ya está. Ya lo sabía. No era la sólo la radio; era por ella.
8 comentarios
Laura -
¿Qué puedo decir?La historia es sencillamente...INCREIBLE! Como todo lo que escribes
Ella piensa que cada día es un día menos.
Laura -
Ella piensa que cada dia es un dia menos
Nicolás -
Yo también te echo de menos Teresa. Mucho. Aunque a veces te den sirocos jajaja.
En fin, me queda menos de una hora y, por fin, me iré a casa. ¿Renovaré hasta el 13? ¿Hasta diciembre? ¿Nada? Nos tienen con el alma en vinilo!
Teresa -
Nicolás -
Yo, obviamente, Beatricce, no te conozco (hasta donde llegan la memoria de mis maltrechas neuronas... ESE RON, ejem) pero vamos... Bienvenida! Mi duda es: ¿Eres la Beatricce de Dante? Apesto. Lo sé. Pero vamos, cuéntanos algo más de ti, no?
Y Nata... la maja que me gasta bromas telefónicas... Sí, el otro día me ví en Madrid disfrutando, totalmente ubicado y con la sensacíón (tan escasa en Pamplona) de tener toda una vida por delante. Este mes de septiembre veremos dónde paro y en qué radio acabo... Olé!
nata -
No ves Nico como esta ciudad te atrapa???yo no sé qué tiene, pero respiras y se te llena el ego de polución y profesionalidad!!!
beatricce -
tERESA -