Tirarse a la piscina
Está claro que la vida se compone de cambios (será que es como un río? siempre el mismo río y distinta agua?). El pasado sábado se moría mi abuelo. El jueves me llaman de la SER para que me incopore este lunes... y de pronto todos los planes cambian. ¿Que tenías 3 semanas para disfrutar de tu familia y amigos? Nada. ¿Que ibas a pasear por tu ciudad en plan despedida? Nada. ¿Que ibas a hacer mil cosas antes de irte? Nada.
Parece que la vida nos atropella siempre y que, por mucho que nos empeñemos en hacer planes, la vida suele marcarnos otros caminos, muchas veces inesperados. Supongo que esto es como cuando eres pequeño y estás aprendiendo a nadar y te dicen "tírate sin pensarlo, es lo mejor". Normalmente miras con cara de escepticismo al que te lo dice y piensas "este tío es tonto si cree que..." y acabas prefiriendo hacerlo poco a poco. ¿Sabeis cómo aprendí yo a nadar? Mi profesor me cogió por los manguitos y me tiró al agua. En principio susto. Luego, a disfrutar.